jueves, 26 de marzo de 2009

El Parque Yasuní

La semana pasada me escribieron unos amigos que irán a Ecuador en Semana Santa. Me preguntaron por referencias por lugares por conocer y, entre tantos, les cité El Parque Nacional Yasuní.

El Parque es una maravilla de biodiversidad mundial. Está ubicado en la Región amazónica ecuatoriana, en las provincias de Orellana y Pastaza, es la región de mayor diversidad biológica del mundo, con una extensión de área protegida de 982.000 Has.

Este parque fue declarado Parque Nacional en 1979, Reserva Mundial de la Biósfera por la UNESCO en 1989 y una parte fue declarada "Zona Intangible" en 1999, la cual fue limitada en 2006. Estos son espacios protegidos de excepcional importancia cultural y biológica en los cuales no puede realizarse ningún tipo de actividad extractiva debido a su valor ambiental, no solo para la región, sino para el país y el mundo.

Sólo dentro de una hectárea del Yasuní se han encontrado 644 especies de árboles, más de 450 especies de lianas y 313 especies de plantas vasculares epífitas. Como referencia, en una hectárea del Parque Yasuní existen tantas especies de árboles y arbustos como las hay en toda América del Norte.

También el Parque Yasuní es uno de los lugares más diversos de aves en el mundo, donde se han registrado 567 especies. Protege cerca del 40% de todas las especies de mamíferos de la cuenca amazónica con tan sólo 9.820 km2 de los 6,68 millones de km2 que tiene la cuenca amazónica. Es el área con el número más alto de herpetofauna en toda Sudamérica, con 105 especies de anfibios y 83 especies de reptiles documentadas. Así como una inmensa diversidad de peces de agua dulce con 382 especies y con más de 100 mil especies de insectos por hectárea.

Irónicamente, el Parque Yasuní era parte de uno d los bloques de explotación del proyecto ITT por lo que, hace cerca de 18 meses el Gobierno Nacional una demanda de compensación equivalente a la mitad de lo que se lograría si el país explotara esos yacimientos. Se intentaron básicamente dos mecanismos el canje de deuda externa y un bono de carbono concebido como parte del mercado de emisiones.

A la fecha, la comunidad internacional no ha podido hacer las contribuciones ofrecidas porque no hay una garantía otorgado por el Estado de no explotación de crudo, con esto, el Gobierno ecuatoriano estará obligado a definir, como para toda licitación, los términos de referencia, las condiciones y las garantías.

El Ecuador tiene una gran oportunidad de enfocar sus estructuras de negocio hacia la conservación del medio ambiente. Creando mecanismos de sostenibilidad ambiental sustentados en una sostenibilidad económica. Fuera de esto, aún, Yasuní es un destino fijo para nuestros visitantes que disfrutan de la vida, de la vida de sus hijos.

domingo, 15 de marzo de 2009

El Salvador, nuevas esperanzas en una América sesgada


Al parecer todo está resuelto. Los resultados le dan una ventaja al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) con un 51,27% versus un 48,73% de la derecha.

Con esto, la antigua guerrilla salvadoreña logra un triunfo histórico. Por primera desde que hace dos décadas dejara las armas y firmara los acuerdos de paz que pusieron fin a la contienda civil, se escuchó en el país un discurso de esperanza revolucionaria. Funes dijo: "Esta noche debe tener el mismo sentimiento de esperanza y reconciliación que hizo posible los acuerdos de paz. Hoy hemos firmado un nuevo acuerdo de paz, de reconciliación del país consigo mismo. Por esta razón, invito desde este momento a las diferentes fuerzas sociales y políticas a que construyamos juntos el futuro. No me cabe ninguna duda que este día ha triunfado la ciudadanía que creyó en la esperanza y venció el miedo".

El FMLN no sólo consiguió anoche derrotar por primera vez a la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), sino también a su propia obstinación inmovilista. La vieja guardia de la guerrilla aceptó presentar como candidato a un hombre joven, moderado, cuyo discurso está lleno de la palabra diálogo y de mensajes a la reconciliación nacional. Y ha sido ese hombre el que los ha llevado a la victoria. La fórmula de candidato joven, inteligente y enérgico ha funcionado en Estados Unidos, Ecuador, Bolivia y al parecer en las próximas elecciones colombianas.

Funes vende esperanzas y le ha funcionado. Empezó su discurso diciendo: "Esta es la noche más feliz de mi vida. Y quiero que sea también la noche de la más grande esperanza de El Salvador". Es muy astuto, tuvo unas palabras de homenaje para las Fuerzas Armadas de El Salvador, por su comportamiento durante la jornada electoral. Presentó al Ejército y a Dios, los viejos enemigos de los viejos comandantes, como sus principales aliados en su gobierno.

El desenlace fue una pugna ajustada. Y había un peligro. La derecha había acusado sin pruebas a la izquierda de querer vender el país a Chávez, la izquierda había hecho correr la voz de que, si perdían, sólo sería producto de un fraude. Así que un hipotético vuelco electoral a favor de Arena hubiese provocado una situación difícil, casi con toda seguridad violenta.

Felicidades salvadoreños por su fiesta cívica. Hoy hicieron un día histórico al conseguir que el eco de los tiros quede definitivamente a resguardo de los libros de historia. Buena suerte!

sábado, 14 de marzo de 2009

Elecciones en El Salvador. La "Y" del camino.

Mañana será un día clave en la democracia y apertura económica en El Salvador. Los resultados de las elecciones presidenciales decidirán el futuro del camino en el que el país se ha embarcado desde el fin de su guerra civil.

A partir del proceso de paz de 1992, El Salvador ha transformado su economía gracias a la implementación de extensos procesos de liberalización que incluyeron la privatización de empresas estatales, la apertura comercial y financiera, la privatización del sistema de pensiones y la adopción del dólar estadounidense como moneda oficial.

El Fraser Institute ubica a El Salvador, en su Informe sobre la Libertad Económica en el Mundo, entre las 25 economías más libres del planeta. Entre 1991 y el 2007, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza cayó del 60 al 34,6%. La pobreza extrema se redujo en casi 18% durante el mismo periodo. A una década de la implementación de las primeras medidas económicas, la matrícula neta en la educación primaria aumentó en aproximadamente 10%, la mortalidad infantil disminuyó en un 40% y la población sin acceso al agua potable fue reducida a la mitad.

Sin embargo, el efecto económico que genera en el país los cientos de millones de dólares que los salvadoreños reciben en remesas cada año (aproximadamente USD 5000 millones en el 2008, el 27% del PIB), se presenta como la piedra angular en la efectividad de las reformas que justifican los bajos niveles de ingreso y las tasas de crecimiento mediocres de El Salvador.

La amenaza a dichos logros yace en el movimiento marxista FMLN, el cual es ahora el principal partido de oposición. No es una propuesta con una agenda de centro-izquierda similar a la de Concertación Nacional que gobierna Chile, más bien es un discurso de izquierda radical con Mauricio Funes, un hombre en teoría moderado, como su candidato presidencial. Hay mucha gente que le ha creído, gente que jamás hubieran votado por el FMLN por extremista pero que están dispuestos a votar por Funes porque lo ven como un líder moderno que podría establecer nuevos estándares de probidad y eficiencia en el gobierno.

Hay varias razones por las cuales el FMLN lidera las encuestas a pesar de los logros que se han dado en la última década y media. Primero, bajo la presidencia de Antonio Saca, el gobernante partido ARENA perdió el ímpetu reformista que lo caracterizó desde 1989. Esto le ha reducido impacto a los avances económicos y sociales y peor aún, el candidato presidencial oficialista, Rodrigo Ávila, ha adoptado una retórica populista que está en conflicto con las reformas de mercado. La propia oposición del FMLN los está ayudando con sus discursos populistas.

Otro factor es el clima de violencia que azota al país. Con una tasa de 60.7 homicidios por cada 100.000 habitantes en el 2007, El Salvador es el país más violento del mundo. Esta ausencia de seguridad básica impone enormes costos sobre la economía salvadoreña y afecta seriamente la calidad de vida. Según el Consejo de Seguridad Pública de El Salvador, la violencia le costó al país USD 2.000 millones en el 2006, cerca del 11% del PIB. La educación en el país representa menos del 2% del PIB.

La estructura demográfica del país. Un tercio de la población adulta salvadoreña tiene menos de 30 años. Estos son electores que no recuerdan, o tienen memorias muy distantes de lo que era su país hace 15 años. No es mera coincidencia que el respaldo al FMLN sea particularmente fuerte entre la población más joven, votantes con la energía y vitalidad típica de jóvenes con sed de revolución, aunque no entiendan bien lo qué paso en su país hace 15 años, su guerra civil y su régimen comunista.

Ojala que las nuevas generaciones salvadoreñas nunca tengan que vivirlo en carne propia y que además llegue el día en que no haya tanto en juego en una elección en dicho país. La base del problema más serio que por siglos ha afectado el desarrollo político de nuestros países latinoamericanos es la falta de institucionalidad. En El Salvador costó mucho superar la etapa de estos caudillos, ahora están a las puertas de elegirlos nuevamente. Una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública, realizada entre el 1 y 15 de febrero, otorga a Funes 49,3% de intención de voto sobre 31,7% para Ávila, es decir, una ventaja de 17,6 puntos porcentuales. Cuidado.

P.D. Recientemente se descubrió que Funes tiene varios millones de dólares que pertenecen al FMLN en su cuenta personal en un banco local. Él ha explicado que esos fondos se los había prestado un empresario amigo para la campaña. Los fondos de la deuda política salen a nombre del partido, no de personas. Depositar fondos públicos en cuentas personales es realmente el colmo de la falta de transparencia y control.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Necesitamos eliminar los subsidios al combustible en Ecuador

Foto: Enzo Molinari

Suena retador. Casi una locura si consideramos que estamos a días próximos a las elecciones en el país, pero en tiempos de crisis hasta los gobiernos socialistas del “siglo XXI” se ven obligados a cortar gastos.

Tenemos que eliminar subsidios. Quizás en eso estemos de acuerdo varios sectores productivos, el problema es, cuál(es)? Qué tal eliminar el costoso e ineficiente subsidio a los combustibles ahora que el diferencial entre el precio internacional y nacional está en su punto más bajo desde 2005? Sería un momento adecuado.

Según un informe presentado por CORDES, entre enero de 2005 y agosto de 2008 “el monto de subsidio a los combustibles (USD 10.804 millones) supera en 65% todo el gasto en educación y salud del Gobierno Central que alcanzó los USD 6.548 millones”.

Entre enero de 2005 y agosto de 2008 el precio del petróleo aumentó un 150%, mientras que en Ecuador este se ha mantenido congelado desde 2003. La diferencia más alta, de USD 3,28, se dio en julio de 2008 y la asumió el Estado (USD 275 millones). Los subsidios no solo han derivado en un aumento del gasto público sino que incentivaron el consumo de combustibles cuando las señales de los precios a nivel internacional nos hubieran inducido a hacer todo lo contrario.

El informe indica que los ecuatorianos aumentaron el consumo de gasolina Súper en un 55%, gasolina Extra en 32%, diesel en 16% y gas doméstico en un 25%. Mientras que en Colombia y en Perú, industrias enteras buscaron la manera de economizar en el uso de combustibles (más producción por cada unidad de combustible utilizada), en Ecuador el precio controlado de los combustibles ha resultado en que muchos de nuestros empresarios se “duerman en los laureles” del combustible subsidiado. De productividad no podemos hablar necesariamente. Colombia y Perú tienen todo un marco regulatorio desarrollado y aprobado para la elaboración de biocombustibles, Ecuador aún tiene ganas de hacerlo.

Los subsidios no le confieren dignidad al ciudadano subsidiado. Se la restan al convertirlo en un dependiente del Estado. En cambio, las oportunidades de creación de riqueza para que el ciudadano se convierta lo suficientemente rico como para dejar de requerir subsidios, sí lo hacen.

Ahora que el diferencial entre el precio local y el internacional está en su punto más bajo desde 2005, se presenta el escenario ideal para eliminar el subsidio a los combustibles. El costo político de hacerlo es menor cuando el monto que tendrá que asumir cada consumidor es menor. Para reducir aún más el costo político se podría aumentar el Bono de Desarrollo Humano para compensar a los más necesitados temporalmente por el aumento en el precio del gas doméstico. Desaprovechar esta oportunidad sería una receta para que en la próxima década ocurra nuevamente la tragedia de desperdiciar miles de millones de dólares en un gasto corriente que no genera oportunidades de creación de riqueza para todos los ecuatorianos.

Como se ha planteado, la culpa no es de este gobierno únicamente, viene desde más de dos décadas en un intento de mantener popularidad. Qué distintas fueran las cosas si esos miles de millones hubiesen sido ahorrados para mantener el gasto social en épocas de un barril de petróleo barato o invertido en sectores estratégicos del país. Educación, tecnología!

Es de resaltar la nueva política de educación con el Plan Decenal de Educación planteado por este gobierno, en donde se incrementará en un 0,5% la aportación del PIB a la educación pública de Ecuador (actualmente 2%) mientras que las Naciones Unidas recomiendan que los gobiernos latinoamericanos deberían asignar al menos el 6% (Chile, Costa Rica y Uruguay lo hacen y se reflejan en su evaluación como economías).

miércoles, 4 de marzo de 2009

¿Quién tiene la razón?


Definitivamente, la pregunta del millón. Conocidos economistas, incluyendo ganadores del Premio Nóbel, tienen posiciones opuestas sobre el paquete de estímulo gubernamental en los EEUU y respecto a lo que se debe hacer en una recesión mundial.

Hay dos escuelas de pensamiento. Un grupo sigue las enseñanzas de la escuela austríaca y de Chicago, influenciados por economistas como Hayek y Milton Friedman. Los pertenecientes al otro grupo son conocidos como keynesianos porque aceptan muchas de las enseñanzas de John Keynes y sus discípulos.

Las recesiones y depresiones suelen ser el resultado de una excesiva expansión del crédito y/o inflación, generalmente causada por los bancos centrales. La causa principal de la actual crisis mundial fue el reventón de la burbuja del sector inmobiliario en EEUU y otros países. Esto sucedió porque demasiado dinero fluía hacia la construcción de viviendas y se redujeron las restricciones al crédito. Falta de conocimiento académico o irresponsabilidad financiera? Por último, poco o nada importa, el daño ya está hecho.

Los economistas del primer grupo – Friedman y Hayek – mantienen que una vez que el Banco Central frena la emisión de dinero y del crédito, el libre mercado se corrige por si solo, dejando que caigan los precios de los bienes sobrevaluados (las viviendas hoy) hasta alcanzar el equilibrio entre la oferta y la demanda, cuando de nuevo comenzará a crecer la economía. El gobierno puede ayudar e incentivar reduciendo impuestos al capital y al trabajo (aunque eso se vería reflejado en un ajuste en el presupuesto fiscal), a la vez que extiende su ayuda a gente que ha perdido su empleo (aunque confieso que tengo dudas sobre la temporalidad de los subsidios de desarrollo humano, al menos en Latinoamérica).

Los economistas keynesianos argumentan que durante una recesión los individuos y las empresas gastan e invierten menos de lo necesario para mantener el pleno empleo. Su solución es aumentar los gastos gubernamentales para reponer esa caída. Pero los economistas austríacos argumentan que todo gasto gubernamental tendrá que ser respaldado, tarde o temprano, con mayores impuestos, lo cual reduce el valor de la moneda. Entonces, los keynesianos responden que el gobierno utiliza así mano de obra desempleada y capital sobrante, lo cual aumentará la recaudación.

Si el aumento del gasto gubernamental se utilizara solamente en proyectos donde los beneficios exceden los costos de mayor inflación e impuestos más altos, esa teoría tendría mérito. Inversión en educación y salud es fundamental, y análogamente tecnología, incrementará la productividad de un país. Pero se confrontan graves problemas al tratar de convertir la teoría keynesiana en políticas prácticas. Hay que determinar el monto del “estímulo” y proceder a gastarlo al comienzo de la recesión.

La experiencia indica que el gasto gubernamental adicional llega tarde, a menudo después de terminada la recesión. Eso aumenta la presión inflacionaria y los nuevos gastos gubernamentales suelen hacerse donde los políticos pueden sacarle provecho electoral, potencializando su populismo en obras que no van acorde con la estrategia de crecimiento de un país a mediano y largo plazo, como estamos viendo hoy en varios países latinoamericanos.

El bajo crecimiento y alta inflación se conoce como “estanflación”, un efecto económico que ocurrió en EEUU en los años 70. Los keynesianos no tienen solución para eso. Lo economistas de las escuelas de Austria y Chicago sí, aunque el ajuste es doloroso. Reagan y Thatcher lo hicieron (actuando a la altura del desafío) y en cierta medida Pinochet. Pero, ¿serán capaces Chávez, Morales, Kirchner, Correa, Lugo, Da Silva, entre otros, de lograrlo como líderes?

El presidente Obama dice que "los economistas de un amplio espectro político están de acuerdo" con la necesidad de un gasto público masivo para estimular la economía. La aplicación de un modelo keynesiano. Sin embargo, muchos economistas no están de acuerdo. Cientos de ellos, incluyendo Premios Nóbel y otros académicos reconocidos, han firmado un anuncio que se colocó en periódicos alrededor de EE.UU. Les comparto el texto:

"A pesar de los reportes de que todos los economistas ahora son Keynesianos y de que todos respaldamos un gran aumento en el peso del gobierno, nosotros los que aquí firmamos no creemos que más gasto público es una manera de mejorar el desempeño de la economía estadounidense. El aumento en el gasto público por parte de los gobiernos de Hoover y Roosevelt no sacó a la economía estadounidense de la Gran Depresión en la década de 1930. Más gasto público no resolvió la 'década perdida' de Japón en los noventas. De tal manera que es un triunfo de la esperanza sobre la experiencia creer que más gasto público ayudará a EE.UU. hoy. Para mejorar la economía, los políticos deberían enfocarse en reformas que eliminen los obstáculos al trabajo, al ahorro, a la inversión y a la producción. Tasas de impuestos más bajas y una reducción de la carga tributaria siempre son las mejores maneras de utilizar la política fiscal para estimular el crecimiento".

Quién tiene la razón? No lo sabemos, pero los resultados de las políticas nos afectarán a todos.

Obama, copiando a Latinoamérica


Entre el 2008 y el 2009 el mundo parece haber dado un cambio de 180 grados. Hoy Washington encaja perfectamente en el estereotipo del país latinoamericano: (1) gasta más de lo que tiene y (2) aquellos en el poder pueden redistribuir riquezas a sus bróderes – como se dice acá en Nicaragua — en una fiel imitación de la tradición mercantilista latinoamericana.

Por partes: primero, el gobierno estadounidense le está dejando a los hijos y nietos de sus actuales contribuyentes, una herencia de un trillón de dólares más a su deuda actual. Aún no nacen, pero tendrán aguantar la resaca de la fiesta de gasto que se está dando hoy en Washington.

Lo segundo me preocupa más. La Tesorería de los EE.UU. recibió el año pasado un poder sin precedentes en este país: gastar, a libre discreción, un fondo de aproximadamente USD 700 mil millones para librar de “malos activos” a instituciones privadas que están “en problemas” por haberlos comprado. Hasta aquí, me recuerda la brutal experiencia que vivimos los ecuatorianos cuando nos endosaron todas las pérdidas de la banca privada a todos los contribuyentes ecuatorianos. Bien, regresando a EE.UU., como ese paquete no resolvió nada, ahora está prácticamente aprobado un nuevo paquete “de estímulo” de USD 800 mil millones más, aunque el presidente Obama afirma que hay un consenso en el país de incrementar considerablemente el gasto público para salir de la crisis[1].

En situaciones de crisis yace la ansiedad en los gobiernos de “hacer algo” o ser vistos haciendo algo. Esta ansiedad une a políticos como Chávez, Correa, Bush y Obama que se aferran al modelo keynesiano. Los keynesianos sostenían que había una relación negativa entre la inflación y el desempleo: a mayor inflación, menor desempleo y viceversa. Se pensaba que los políticos y funcionarios hábiles podían inyectar dinero, generando inflación y de esa manera reducir periódicamente los salarios reales de los trabajadores sin que estos se den cuenta.

Era (y es) la teoría ideal para aquellos políticos ansiosos de ser vistos haciendo algo (y de conseguir más poder para hacerlo). Pero el dominio de esta teoría se acabó en los setentas cuando un creciente gasto público derivó en altos déficits y una política monetaria expansionista derivó en una alta tasa de inflación. Esto se llamó “deflación” y, aunque la respuesta fue que el Estado intervenga, el resultado fue una alta tasa de desempleo.

Aquí se acabó la teoría keynesiana. Pensar que la misma política de aumentar el gasto público ahora tendrá resultados distintos, es un mero ejercicio de fe, pero nuestros gobiernos latinoamericanos, en sus repetidos ejercicios políticos, aún le apuestan más a la fe que a la historia de nuestra empobrecida región. Y claro, irónicamente, Obama también lo está haciendo.

Como decía Einstein, “… hacer lo mismo y esperar resultados distintos es un síndrome de locura…”


[1] El siguiente artículo plantea, quién tiene la razón sobre las medidas económicas que está adoptando el gobierno estadounidense.