jueves, 1 de octubre de 2009

Venezuela-Irán, el "duo de la historia"

Venezuela está ayudando a Irán a desarrollar armas nucleares. El régimen fundamentalista iraní está instalando una base en Latinoamérica. Suena preocupante cierto?
El escenario, con las distancias del caso, es similar a la crisis de los misiles de 1962 con Cuba, sólo que en esta ocasión con bases nucleares iraníes en Venezuela. Revisemos algunos datos:

* Venezuela mantiene estrechos vínculos con grupos terroristas de Hamás y Hezbollá respaldados por Irán. Chávez lo pregona en sus cadenas radiales.
* Venezuela es uno de los pocos países del mundo que vota en contra de las sanciones de las Naciones Unidas contra el programa nuclear de Irán.
* Ahmadineyad aseguró que ambos países han creado un ``eje'' contra Estados Unidos.
* En el 2008 ambos países firmaron un acuerdo de apoyo militar y existen asesores militares de Irán en Venezuela, dato confirmado por el Ministerio de Defensa venezolano.
* Chávez, el mes pasado, anunció que se está negociando con Irán la creación de una ``villa nuclear'' en Venezuela.
* Venezuela tiene reservas estimadas en 50,000 toneladas de uranio no explotado, y podría estar comenzando a extraer uranio para Irán.
* Irán abrió en Caracas el Banco Internacional de Desarrollo (BID), una filial independiente del Banco de Desarrollo de Exportaciones de Irán.
* Venezuela tiene un sistema financiero que, con la ayuda de Chávez, puede ser utilizado por Irán para evitar las sanciones económicas internacionales.

Lo siguiente es especulativo pero no amarillista: al parecer, los iraníes han encontrado en Venezuela un aliado perfecto, Chávez. La situación geográfica de Venezuela es ideal para construir y almacenar armas de destrucción masiva lejos del Medio Oriente y de los ojos de la comunidad internacional.
Todo esto pinta como la crisis de los misiles en Cuba en 1962. Obama en los zapatos de Kennedy y Chávez haciendo el papel de Fidel Castro, solo que con mucho más dinero, poder y arrogancia y mucha menos estrategia e ideología política. El peligro, el mismo.

Los tiempos cambian, los idiotas rotan.

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