sábado, 2 de enero de 2010

Yasuní ITT. Un tema de vender la idea.


El país desperdició una oportunidad inmejorable en la Cumbre de Cambio Climático en Copenhague para promocionar en forma frontal la Iniciativa Yasuní-ITT.

La Iniciativa plantea en dejar bajo tierra cerca de 850 millones de barriles de crudo en el bloque Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT), ubicado en el Parque Nacional Yasuní, declarado reserva biosfera por las Naciones Unidas y ubicado a unos 320 kilómetros al este de Quito.

La idea es evitar la emisión a la atmósfera de 407 millones de toneladas métricas de monóxido de carbono que generaría el petróleo extraído, cuya reserva está valorada en cerca de USD 7000 millones (valor presente neto a 13 años), a cambio de una compensación del 50% por parte de la comunidad internacional por los recursos que dejaría de recibir el país.

La Iniciativa, que fue lanzada en junio de 2007 y aún no arranca, registra luego de Copenhagen cero dólares de donaciones. Si la idea en la Cumbre era lograr un acuerdo concreto entre los países desarrollados para reducir la producción de gases de efecto invernadero, entonces fue un fracaso total;  sin embargo, tiene mérito el haber aprovechado el espacio para reforzar su promoción.

Ecuador ha trabajado en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la creación del instrumento financiero que le permita a la Iniciativa captar recursos, de tal manera que el fideicomiso desarrollado le otorgue credibilidad internacional al proyecto que está destinado a proteger una de las áreas más importantes, en biodiversidad, de todo el planeta. Lamentablemente  tampoco se pudo concretar la firma de la figura fiduciaria en Copenhagen, con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).  

Han pasado varias giras de promoción por parte de delegaciones ecuatorianas por Europa y Estados Unidos, la única oferta que incluye montos concretos es la de Alemania, que se comprometió en aportar fondos al proyecto con USD 50 millones anuales durante 13 años. Los gobiernos de España, Portugal, Bélgica y otros se muestran interesados. Los Jefes de Estado de los países miembros del ALBA apoyan la iniciativa abiertamente, pero no hay al momento centavo de dólar transferido.

El Presidente Correa, quien en su discurso de posesión manifestó que “…con este proyecto sentaremos como País un precedente que puede cambiar la historia mundial. Es a través de estas iniciativas que la Revolución Ciudadana y esta Patria demuestran que priorizamos los valores sociales y ambientales explorando otras formas de beneficiar económicamente al país.”,  no asistió a la Cumbre perdiendo así la propuesta el respaldo gubernamental,  representado en su poder ejecutivo. Correa debió haber respaldado la propuesta histórica de nuestro país y, para colmo,  hoy en su cadena radial no se pronunció sobre el tema.

Copenhagen terminó y se nos fue ese tren.  La posibilidad de éxito de la Iniciativa no solo depende de Ecuador... es la corresponsabilidad internacional frente a un problema global; pero para esto,  debemos encontrar un factor diferenciador en un contexto más integral. Corremos el riesgo de competir con las de otros países con mayores recursos petroleros y zonas de conservación. Yasuní ITT debe venderse como un conjunto de propuestas con proyectos  interrelacionados con la generación hidroeléctrica, eólica, biocombustibles,  conservación de cuencas y bosques y más. Aún estamos a tiempo, la idea es genial,  ahora hay que trabajar en vender la idea.   

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