sábado, 14 de marzo de 2009

Elecciones en El Salvador. La "Y" del camino.

Mañana será un día clave en la democracia y apertura económica en El Salvador. Los resultados de las elecciones presidenciales decidirán el futuro del camino en el que el país se ha embarcado desde el fin de su guerra civil.

A partir del proceso de paz de 1992, El Salvador ha transformado su economía gracias a la implementación de extensos procesos de liberalización que incluyeron la privatización de empresas estatales, la apertura comercial y financiera, la privatización del sistema de pensiones y la adopción del dólar estadounidense como moneda oficial.

El Fraser Institute ubica a El Salvador, en su Informe sobre la Libertad Económica en el Mundo, entre las 25 economías más libres del planeta. Entre 1991 y el 2007, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza cayó del 60 al 34,6%. La pobreza extrema se redujo en casi 18% durante el mismo periodo. A una década de la implementación de las primeras medidas económicas, la matrícula neta en la educación primaria aumentó en aproximadamente 10%, la mortalidad infantil disminuyó en un 40% y la población sin acceso al agua potable fue reducida a la mitad.

Sin embargo, el efecto económico que genera en el país los cientos de millones de dólares que los salvadoreños reciben en remesas cada año (aproximadamente USD 5000 millones en el 2008, el 27% del PIB), se presenta como la piedra angular en la efectividad de las reformas que justifican los bajos niveles de ingreso y las tasas de crecimiento mediocres de El Salvador.

La amenaza a dichos logros yace en el movimiento marxista FMLN, el cual es ahora el principal partido de oposición. No es una propuesta con una agenda de centro-izquierda similar a la de Concertación Nacional que gobierna Chile, más bien es un discurso de izquierda radical con Mauricio Funes, un hombre en teoría moderado, como su candidato presidencial. Hay mucha gente que le ha creído, gente que jamás hubieran votado por el FMLN por extremista pero que están dispuestos a votar por Funes porque lo ven como un líder moderno que podría establecer nuevos estándares de probidad y eficiencia en el gobierno.

Hay varias razones por las cuales el FMLN lidera las encuestas a pesar de los logros que se han dado en la última década y media. Primero, bajo la presidencia de Antonio Saca, el gobernante partido ARENA perdió el ímpetu reformista que lo caracterizó desde 1989. Esto le ha reducido impacto a los avances económicos y sociales y peor aún, el candidato presidencial oficialista, Rodrigo Ávila, ha adoptado una retórica populista que está en conflicto con las reformas de mercado. La propia oposición del FMLN los está ayudando con sus discursos populistas.

Otro factor es el clima de violencia que azota al país. Con una tasa de 60.7 homicidios por cada 100.000 habitantes en el 2007, El Salvador es el país más violento del mundo. Esta ausencia de seguridad básica impone enormes costos sobre la economía salvadoreña y afecta seriamente la calidad de vida. Según el Consejo de Seguridad Pública de El Salvador, la violencia le costó al país USD 2.000 millones en el 2006, cerca del 11% del PIB. La educación en el país representa menos del 2% del PIB.

La estructura demográfica del país. Un tercio de la población adulta salvadoreña tiene menos de 30 años. Estos son electores que no recuerdan, o tienen memorias muy distantes de lo que era su país hace 15 años. No es mera coincidencia que el respaldo al FMLN sea particularmente fuerte entre la población más joven, votantes con la energía y vitalidad típica de jóvenes con sed de revolución, aunque no entiendan bien lo qué paso en su país hace 15 años, su guerra civil y su régimen comunista.

Ojala que las nuevas generaciones salvadoreñas nunca tengan que vivirlo en carne propia y que además llegue el día en que no haya tanto en juego en una elección en dicho país. La base del problema más serio que por siglos ha afectado el desarrollo político de nuestros países latinoamericanos es la falta de institucionalidad. En El Salvador costó mucho superar la etapa de estos caudillos, ahora están a las puertas de elegirlos nuevamente. Una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública, realizada entre el 1 y 15 de febrero, otorga a Funes 49,3% de intención de voto sobre 31,7% para Ávila, es decir, una ventaja de 17,6 puntos porcentuales. Cuidado.

P.D. Recientemente se descubrió que Funes tiene varios millones de dólares que pertenecen al FMLN en su cuenta personal en un banco local. Él ha explicado que esos fondos se los había prestado un empresario amigo para la campaña. Los fondos de la deuda política salen a nombre del partido, no de personas. Depositar fondos públicos en cuentas personales es realmente el colmo de la falta de transparencia y control.

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